jueves, 11 de noviembre de 2010

Constelaciones

Jose Maria Rivas Groot




El Hombre
Amplias constelaciones que fulguráis tan lejos,
mirando hacia la tierra desde la comba altura,
¿por qué vuestras miradas de pálidos reflejos tan llenas de tristeza, tan llenas de dulzura?

Las Constelaciones
¡Oh soñador, escúchanos! ¡Escúchanos, poeta!
Escucha tú, que en noches de oscuridad tranquilanos llamas,
mientras tiemblan con ansiedad secretala súplica en tu labio y el llanto en tu pupila.

Escucha tú, poeta, que en noches estrelladascual bajo augusto templo descubres tu cabeza,y nos imploras, viendo que están nuestras miradastan llenas de dulzura, tan llenas de tristeza.

¿Por qué tan tristes? Oye: nuestro fulgor es tristeporque ha mirado al hombre. Su mente y nuestra lumbrehermanas son. Por siglos de compasión, existeen astros como en almas la misma pesadumbre.

Por siglos hemos visto la Humanidad erranteluchar, caer, alzarse... y en sus anhelos vanos volver hacia nosotras la vista suplicante,tender hacia nosotras las temblorosas manos

y ansiar en tal desierto, ya lánguida, ya fuerte,oasis donde salten aguas de vida eterna;ya llega, llama -y sale con su ánfora la muertebrindando el agua muda de su glacial cisterna.

Tronos, imperios, razas, vimos trocarse en lodo:vimos volar en polvo babélicas ciudades.Todo lo barre un viento de destrucción, y todoes humo, y sueño, y nada... y todo vanidades.
Es triste ver la lucha del terrenal proscrito;es triste ver el ansia que sin cesar le abrasa;
el ideal anhela, requiere lo infinito,crece, combate, agítase, llora, declina y pasa

Es triste ver al hombre, que lumbre y lodo encierra,mirarnos desde abajo con infinito anhelo;tocada la sandalia con polvo de la tierra,tocada la pupila con resplandor del cielo.
Poeta, no nos llames -conduele tu lamento;poeta, no nos mires- nos duele tu mirada.Tus súplicas, poeta, dispérsanse en el viento;tus ojos, ¡oh poeta! se pierden en la nada.
Con íntima tristeza miramos conmovidas,con íntima dulzura miramos pesarosas,nosotras -las eternas- vuestras caducas vidas,nosotras -las radiantes- vuestras oscuras fosas.

El Hombre
¿Todo es olvido y muerte? Pasan gimiendo a solasel mar con sus olajes, la tierra con sus hombres; ¿y al fin en mudas playas deshácense las olas,y al fin en mudo olvido deshácense los nombres?
¿Y nada queda? ¿Y nada hacia lo eterno sube?
Decid, astros presentes a todo sufrimiento:la ola evaporada forma un cendal de nube,¿y el alma agonizante no asciende al firmamento?
¡No, estrellas compasivas! Hay eco a todo canto;al decaer los pétalos, espárcese el perfume;
y como incienso humano que abrasa un fuego santo,al cielo va el espíritu, si el cuerpo se consume.
Vendrá noche de siglos a todo cuanto existe;y expirarán, en medio de hielos y amargura,los últimos dos hombres sobre una roca triste,las últimas dos olas sobre una playa oscura.
Y moriréis ¡oh estrellas! en el postrero día...Mas flotarán espíritus con triunfadoras palmas;y alumbrarán entonces la eternidad sombría,sobre cenizas de astros, constelaciones de almas.

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